Más de 50,000 pacientes con linfomas (cáncer) son curados anualmente en todo el mundo gracias a un tratamiento desarrollado por un médico puertorriqueño.
El doctor Antonio J. Grillo López, nacido en Hato Rey, es responsable del desarrollo clínico del primer anticuerpo para el tratamiento del cáncer, conocido como Rituxan. Desde su aprobación por la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA) en 1997, cientos de galenos en Puerto Rico, Estados Unidos y a nivel global lo han utilizado.
“Mi mayor éxito ha sido el desarrollo clínico de Rituxan. En nuestros estudios pudimos demostrar que este agente biológico es curativo, en combinación con quimioterapia, específicamente para pacientes con linfomas”, dijo Grillo-López.
“Más del 85% de los pacientes con linfomas (del tipo difuso de células grandes) son curados. Estimamos que más de 50,000 de estos pacientes se curan a nivel global todos los años”, agregó, al resaltar que Rituxan tiene “muchas otras aplicaciones”, entre las que mencionó tratamientos contra la leucemia linfocítica crónica y la artritis reumatoide, convirtiéndose así en la droga anticáncer número uno en el mundo por los últimos 14 años.
Grillo-López, de 75 años, contó que desarrolló clínicamente Rituxan mientras fungía como “senior vice president” y “chief medical officer” de la compañía IDEC Pharmaceuticals, en San Diego, California, donde pasó los últimos nueve años de su carrera profesional. En IDEC Pharmaceuticals también supervisó el desarrollo clínico del primer anticuerpo radiomarcado para el tratamiento del cáncer, conocido como Zevalin.
Grillo-López destacó que toda su formación académica fue en Puerto Rico; es miembro de la clase graduanda de 1964 de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Dijo, además, que practicó su especialidad (hematología y oncología médica) en la Isla por 10 años tras haber completado sus estudios, y que trabajó en el Departamento de Hematología del Hospital Universitario y estableció la clínica de oncología médica en el Hospital de Veteranos. “Fui el primer hematólogo oncólogo en la práctica privada en Puerto Rico”, expuso.
¿Qué lo motivó a estudiar ciencia?, preguntó El Nuevo Día, a lo que Grillo-López respondió que tuvo la motivación desde que cursaba la escuela superior. “En el Colegio Espíritu Santo era costumbre publicar algunos artículos sobre la clase graduanda en la última edición del año escolar. Uno de los artículos favoritos eran las predicciones para los graduandos. La predicción para mí fue que descubriría la cura para el cáncer. Fue algo inesperado, pues no había hecho final mi decisión de estudiar medicina, y no había pensado en hacer investigación en cáncer. Retrospectivamente, he pensado que fue un factor importante en despertar en mí esa inquietud”, declaró.
Reconoció, sin embargo, que “el factor más importante” en su eventual decisión de especializarse en hematología y oncología médica, fue conocer al médico puertorriqueño Norman Maldonado. Según relató, Maldonado fue su profesor de hematología y oncología médica durante sus años de especialización y mentor, pero luego se convirtió en su colega y amigo. “Siento gran afecto y admiración por él, y no conozco a nadie que haya hecho tanto por la medicina y el cuidado médico en Puerto Rico”, aseveró el galeno, que en junio del año pasado recibió, por parte de su alma máter, el grado de doctor honoris causa en investigación científica.
Grillo-López, quien se retiró de la medicina, pero sigue activo como consultor en San Diego y anualmente da una conferencia en la Universidad de California, señaló que alcanzó “la meta más importante: desarrollar un tratamiento curativo para el cáncer”, por lo que le gustaría ver cómo se continúan ampliando las indicaciones para el uso de Rituxan, aparte de curas para otros tipos de cáncer.