El mundo humano casi se detuvo por la pandemia, y en contraposición los animales se atrevieron en lugares insólitos, y se limpiaron los cielos, y las aguas de ríos, lagos y canales. Pero las consecuencias de nuestro accionar sobre el ambiente siguen su curso, cada vez más profundo, literalmente. Y es muy preocupante. Allá lejos, en Europa, una investigación internacional reveló los niveles más altos de microplásticos jamás registrados en el fondo marino
Aquí, en Tucumán, un equipo que integran cientí¦cos del Instituto de Ecología Regional (IER), de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (Proimi), del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (Insibio), todos del Conicet, y de la Fundación Miguel Lillo intenta hallar remedio para ese problema.
Por Filipa Godoy Vitorino