Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó una ceremonia para certificar a Cuba como el primer país del mundo que se deshizo de la transmisión del VIH de madre a hijo, estaba cometiendo una equivocación. El logro cubano es digno de resaltar, pero no fue el primero en ese campo.
Hay veces que las aclaraciones son justas y necesarias. Esta es una de esas ocasiones.
No sobra aclarar, dicho sea de paso, que en Puerto Rico no ha nacido un bebé con el VIH desde el 2010. Sin fanfarria ni comparsa en las congeladas oficinas de la OMS en Washington, pero sí mucha felicidad en aquellas familias puertorriqueñas que han visto y, al mismo tiempo, se han beneficiado del conocimiento de las ciencias médicas en el país.